A comienzos de junio de 2025, Horacio Marín, CEO de YPF, anunció que traería los dos barcos de gas natural licuado (GNL) “más grandes del mundo” para la exportación de gas desde Vaca Muerta. El proyecto Argentina LNG (en inglés, liquefied natural gas) tomaba definitivamente un nuevo rumbo hacia el mar y pasaba de contemplar una planta en tierra como hito del proceso a centrarse únicamente en los buques licuefactores en la costa rionegrina. Un capítulo más que se suma a una historia que no para de tener rulos narrativos en los medios.
El GNL es vapor de metano que ha pasado a estado líquido a través de un proceso de criogénesis que disminuye la temperatura del gas hasta su punto de condensación (-161 °C). Al enfriarse y pasar a estado líquido, este se reduce y ocupa 1/600 del volumen original. Eso permite transportarlo (en general para su exportación) en buques metaneros a zonas donde los gasoductos no llegan. Esa metodología de exportación prima en los últimos años en los países que sirven como proveedores y es lo que se implementará en esta región.
En uno de los capítulos de esta historia, una vez ganada la pulseada con la provincia de Buenos Aires por la construcción de la megaplanta de licuefacción para exportar GNL por el mar, el brazo rionegrino pegó un volantazo: ya no existiría tal instalación en tierra, sino que, luego de la retirada de Petronas, socio inicial, el proyecto recurriría a los near floating LNG, unos buques que, según Marín, permitirían que todo avanzara de manera “más rentable y más posible”. Mutaba así la novela que durante meses había tenido en el centro de la discusión la puja entre Axel Kicillof que buscaba que la planta se instalará en las costas de Bahía Blanca, en el sur bonaerense, y Alberto Weretilneck, que proponía construirla en Punta Colorada, territorio rionegrino. Finalmente, las inversiones se inclinaron hacia este último, pero entre la seguidilla de anuncios que siguieron se desdibujaron los verdaderos alcances del plan.
Tantos giros tramitados entre memorandos, trascendidos y comunicados empresariales arman una maraña que guarda una pregunta: ¿por qué se dan estos cambios y qué implican?. La cuestión camina además por las arenas movedizas del contexto internacional y los avatares políticos del momento: una semana puede ser la posibilidad de que el cerramiento del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico desestabilice los precios internacionales, otra semana, que una jueza como Preska determine un embargo al 50% de las acciones de YPF.
Los titulares se apilan, se contradicen, superponen datos. Quienes no siguen a diario el tema o no arman un mapa esquemático del asunto tendrán apenas la vaga idea de que un proyecto de GNL avanza en los mares del sur. Todo es más complejo, por supuesto, e intentaremos ordenarlo.
clavel del aire
El plan Argentina LNG es promocionado por YPF para consagrar a Argentina como un jugador fuerte en el mercado global de GNL, y hasta el momento tiene tres etapas. Su “salida al mundo” será a través de las preciadas aguas del Golfo San Matías, en el Atlántico, donde hasta el año pasado no eran legales los desarrollos hidrocarburíferos. Si bien allí se ubica el puerto de San Antonio Este desde donde se exporta la fruta de Río Negro y la producción provincial en general, lo que implica movimiento de buques de carga, en términos generales es una zona exenta de estas dimensiones de tráfico marítimo. Proyectos como el de GNL y el Vaca Muerta Oil Sur (que ya avanza y significa oleoducto, puerto petrolero y dos monoboyas en Punta Colorada para la exportación de crudo), pensados para emplazarse en sus costas hacia el sur, requieren buques de mayor porte, en un lugar de barcos pesqueros de pequeño y mediano talante, turistas y una vastísima biodiversidad que incluye ballenas y delfines.
Lo que asoma es algo bastante diferente. En una primera etapa, el protagonista será el barco de factoría Hilli Episeyo, un buque que arribará a la zona de la ciudad turística de Las Grutas en 2027. Este proyecto está confirmado y solo algo extraordinario haría que se interrumpa. En esta etapa jugará el consorcio Southern Energy, formado inicialmente entre Pan American Energy (PAE) y la noruega Golar a las que luego se sumaron las empresas YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Total Energies. En esta misma etapa, se agrega el buque MK II. Aunque está en una fase de desarrollo más temprana que el Hilli, sus similitudes lo vuelven más factible y es la gran apuesta para lograr procesar unas 6 millones de toneladas métricas anuales (MTPA) de GNL. Se trata de un buque metanero que Golar está reformando para que arribe a la costa rionegrina en 2028. Aseguran que es una versión superadora del Hilli Episeyo. En síntesis, una planta, dos buques.
Una segunda etapa será protagonizada por YPF y Shell que mantienen otras negociaciones en paralelo que constan en el Memorando de Entendimiento firmado entre ambas empresas para exportar hasta 10 MTPA de GNL. Para que dimensionamos: 10 MTPA es casi la mitad de la producción de gas no convencional actual, el 45%. Shell además participaría en toda la cadena productiva (perforación, transporte hasta Punta Colorada, licuefacción en buques y venta). A diferencia del Southern Energy, Shell asume un rol más activo: participa de la etapa midstream (el gasoducto) y del upstream (extracción) con inversiones y probablemente como socia de las unidades comerciales o consorcios que se vayan a crear.
En otro Memorando de Entendimiento, el del 14 de abril de 2025, se anuncia una tercera etapa. Firmado entre YPF y Eni (una empresa energética global con sede en Italia pero que opera en más de 60 países y está presente en toda la cadena de valor energética), se trata de un acuerdo para “estudiar” el desarrollo de las instalaciones upstream, de transporte y de licuefacción mediante dos unidades flotantes de GNL de 6 MTPA cada una, por un total de 12 MTPA. En la mejor de sus predicciones este plan podría comenzar operaciones cerca de 2028. A esto se le suma otra pata que agranda el combo: un acuerdo para que en el mar argentino y uruguayo se realicen exploraciones en busca de las tan ansiadas reservas de petróleo marítimas, como ENI lo hizo en las costas africanas. Quienes siguen los pasos de ENI en Italia miran con atención su arribo al país. Esta empresa es conocida por hostigar judicialmente a periodistas y ambientalistas que critican sus “modales”. Por el momento más lento que los anteriores, tuvo a inicios de junio un acuerdo preliminar en Roma que sienta las bases para lo que será la Decisión Final de Inversión, que ocurriría en los próximos meses. Javier Milei y Giorgia Meloni, presidentes de ambos países, estuvieron en la concreción.
Si llevamos la cuenta y se cumplen las tratativas, serían seis barcos en la zona, dos por proyecto. Según las declaraciones, el plan completo arroja un total esperado de 28 MTPA. El volumen es ligeramente menor a lo planteado inicialmente con la planta en tierra hacia el 2030.
A esto hay que sumar las dimensiones terrestres. La costa rionegrina está a 450 km de Vaca Muerta, corazón de la extracción, en la provincia de Neuquén, donde mayormente se asientan los pozos. Para arribar allí se requiere la realización de un gasoducto que recorra esa distancia. Mientras tanto, en la primera etapa, el Hilli Episeyo tomará gas desde el Gasoducto General San Martín.
los otros gigantes en el mar
El Golfo San Matías es uno de los más grandes del país. Sus dimensiones, en especial sus aguas profundas, lo hacen deseable para este tipo de proyectos. Se dice de él que es una especie de boca de 100 kilómetros de diámetro y 200 metros de profundidad. El arribo de estos buques, más las instalaciones en tierra, abren más de una pregunta para las comunidades costeras que, desde el año pasado, denuncian la reforma de la Ley 3308 (también la llaman Ley Lasalle), que ganada en las calles en la década del noventa prohibía este tipo de actividades en una región donde las ballenas y otras especies llegan para reproducirse, donde pescadores artesanales desarrollan economías propias y donde el turismo se distingue por la belleza de los paisajes.
Un reflejo apenas de todo esto es el comunicado del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) que alerta sobre los impactos que esto podría generar para la reproducción de la ballena franca austral. La ballena, dicen muchos, es un termómetro de la salud del océano. Sería una muestra de lo que podría alterarse. Sólo un ejemplo. En la Audiencia Pública del 4 de diciembre de 2024 hubo varias voces en alerta.
Para tomar dimensión de las magnitudes, sirve reponer la historia de algunos de los buques:
El Hilli Episeyo tiene una longitud de casi 300 metros. Fue construido en 1975, bajo el nombre de Golar Hilli, y reconvertido en procesador de gas en 2017, en Singapur por la empresa Keppel. Desde ahí viajó al golfo de Guinea para operar en la compañía franco-británica Perenco, en el yacimiento Sanaga, en Camerún.
El MK II está en proceso de reconversión en el astillero CIMC Raffles en Yantai, China. Los medios patagónicos hablan del “regreso del Titán", porque se trata de un buque que en 2019 representó la primera salida del gas de Vaca Muerta al mundo.
De los otros buques en las etapas siguientes todavía no se conocen demasiados detalles, pero hablamos de dimensiones similares. Las páginas especializadas en energía ponderan las magnitudes de esos titanes flotantes que llevan en su interior GNL y pasan de empresa a empresa según los vientos de inversiones.
Algunos datos de lo que sucede en otros países: en EE.UU, el principal exportador de GNL, las plantas de licuefacción son en tierra; ese país además tiene muy pocos proyectos FLNG (floating liquefied natural gas). Qatar, otro de los grandes exportadores, también tiene un funcionamiento similar, con una mayoría de la producción procesada a través de plantas on-shore. El FNLG es una modalidad que crece pero en lugares más periféricos. En esa línea, África funciona, en cierto modo, como laboratorio de este tipo de inversiones: los barcos reemplazan la construcción de plantas en tierra, cuando terminan su contrato, como vemos en el caso del Hilli Epiceyo, se van.
Esta nueva modalidad se trafica bajo la necesidad de una transición energética por medio de eso que tramposamente llaman “combustible puente”: el GNL, que se obtiene, sin embargo, a través de la vieja y conocida técnica de extracción del combustible fósil. El gas emite menos CO2 cuando se quema, sin embargo este argumento se cae al considerar las emisiones fugitivas de metano implicadas en toda la cadena de transporte y el proceso de licuefacción que transforma el gas en GNL. Y un dato más: la huella de Gases de Efecto Invernadero del GNL como fuente de combustible es un 33% más significativa que la del carbón cuando se analiza su Potencial de Calentamiento Global. Así lo detalla el investigador Robert H. Howarth que además señala que la transición al GNL “requiere de gastos muy significativos en infraestructura, para los buques, las plantas de licuefacción y las tuberías que los abastecen”.
¿pan para hoy?
“En el último tiempo, el sector hidrocarburífero local atraviesa transformaciones significativas que expresan, por un lado, la vertiginosa dinámica propia de una actividad en expansión y, por otro, su vulnerabilidad frente a los cambios de contexto”, resume el último informe de Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES).
Entre quienes apuestan, hay carriles diferentes: el discurso político rionegrino y el discurso empresarial hablan en paralelo. Un comunicado de Golar detalla lo siguiente: "El presupuesto total para la conversión del FLNG MK II es de 2.200 millones de dólares, incluyendo el buque para conversión, supervisión del astillero, repuestos, tripulación, formación, contingencias, suministro inicial de combustible y costes relacionados con el viaje para entregar el FLNG en su sitio operativo, excluyendo costes de financiación. Se prevé que el FLNG MK II sea entregado en el cuarto trimestre de 2027 (Q4 2027)". En síntesis, el combo completo.
Se deduce una urgencia por apurar los procesos de ambos lados, por diferentes razones. En el encuentro 2024 del Vaca Muerta Insights, donde los peces gordos del sector se sientan a disertar sobre su tema, la secretaria de Energía y Ambiente rionegrina, Andrea Confini, dijo: “Nosotros somos la puerta de entrada y salida de todo lo que sucede en la provincia de Neuquén (...) hay que empezar a planificar la provincia de la misma manera que las empresas están planificando poder evacuar el petróleo y el gas”. Por su parte, ya el año pasado, en septiembre, Alberto Weretilneck, el gobernador, intentó mostrar que la casa está en orden y en X publicó: “Con la adhesión al RIGI y con todas las acciones legales, políticas y económicas vamos a darle estabilidad jurídica y política, previsibilidad económica y absoluta seriedad y responsabilidad a esta decisión”.
Las empresas, en tanto, analizan la cuestión desde sus marcos narrativos y las promesas que los locales avivan no asoman en sus comunicados cotidianos. Es difícil dimensionar o contar los empleos que no existen. Hasta que no se genera el puesto, lo que existe es un número en el aire, un futuro que todavía no llegó, un sueño desvelado. Las versiones oficiales, cuando el proyecto de planta en tierra todavía estaba sobre la mesa, hablaban de 10 mil trabajadores en infraestructura. Ante ese cambio, los cálculos se modifican también. En aquel entonces, había certeza sobre la creación de puestos de trabajo: “Se espera que se generen 10 mil fuentes laborales en lo que respecta a la ejecución de infraestructura, de los cuales el 60% será de mano de obra altamente calificada, además de 2500 puestos de carácter permanente, en forma directa, afectados al oleoducto y gasoducto”. Para el recambio en los barcos, calculaban en cambio unas 300 personas, para la zona de Punta Colorada y Sierra Grande en agosto del año pasado. El comunicado de Golar firmado desde Bermudas en septiembre de 2024 detalla: “La actividad principal de CIMC Raffles incluye el diseño, la construcción, la reparación, la conversión y el arrendamiento de plataformas de perforación, unidades de producción, buques de suministro offshore, instalaciones de cultivo oceánico, buques para energía eólica marina, etc., con el objetivo de brindar soluciones integrales a sus clientes”.
Weretilneck por su parte ya afirmó que eventualmente los trabajadores que vengan de afuera del exterior “serán reemplazados” por argentinos para reparaciones y demás. Marín, por su parte, ha resumido la ecuación de esta manera: "Nosotros no tendríamos que poner plata y la idea es que, en caso de éxito, le cedemos la operación porque YPF no tiene el knowhow del offshore y un porcentaje de participación que tenemos que discutir. Si eso funciona en Uruguay, se replica en la Argentina".
Hasta el momento, sin embargo, si bien abundan titulares y anuncios de intención, no se avizoran las inversiones tan anunciadas para 2026. Si bien Vaca Muerta muestra una dinámica expansiva al mismo tiempo evidencia una vulnerabilidad grande frente a un contexto global cada vez más incierto y un modelo económico local con pocas posibilidades de sostenerse. En ese sentido las empresas eligen no “comprometerse” con inversiones a más largo plazo y más estables.
Esos 28 MTPA proyectados por el plan en total representan el 73,6 % de la producción total de gas actual (tanto no convencional como convencional) de toda Argentina. Tales dimensiones implicarían una intensificación de la extracción y un salto productivo gigante en relativamente poco tiempo. No solo sería la transformación de una región como la del Golfo San Matías, sino la profundización del fracking en el corazón de Vaca Muerta.
En la actualidad, los pozos activos de hidrocarburos no convencionales son alrededor de 3700. Hay otros récords que acompañan estos números. Este año, el Observatorio de Sismicidad Inducida contabilizó, solo en 2025, 58 sismos en la provincia de Neuquén y de esos solo 12 responden a mecanismos naturales de generación, el resto está asociado al fracturamiento hidráulico de la formación. Las otras consecuencias son consignadas en el Atlas Ambiental del Vaca Muerta, realizado por el Observatorio Petrolero Sur (el crecimiento de la basura petrolera, de los pozos sumideros y el aumento sostenido de “incidentes ambientales” en la provincia de Neuquén: según la Subsecretaría de Ambiente, en la zona de Vaca Muerta los números treparon de 863 incidentes registrados en 2015 a 2049 en el año 2021). Todas son huellas de un impacto que no protagoniza esta novela, pero es el preview frente a los anuncios que se enredan por el aire.