"¡Rovira, cobarde, la cosa está que arde!”. A ritmo lento pero con paso firme, bajo una tenue llovizna, cientos de trabajadores estatales en lucha marchaban por el centro de la ciudad de Posadas rumbo a las puertas de la Cámara de Representantes de Misiones, en el barrio de Villa Sarita. Corría el mes de mayo y policías, docentes y profesionales de la salud ocupaban las calles y rutas de la provincia en reclamo de un salario que les permitiese recuperar algo del ingreso perdido tras meses de inflación galopante. En sus cánticos de protesta, sin embargo, algo llamaba la atención. Por primera vez en mucho tiempo se escuchaba un nombre considerado por muchos como un tabú: el de Carlos Eduardo Rovira (CER), el líder indiscutido del Frente Renovador de la Concordia, espacio nacido en 2003 al calor de la transversalidad kirchnerista y dueño exclusivo, desde entonces, de las riendas políticas en la tierra colorada.
Aquel jueves 23 se vivió el pico de mayor tensión de las casi tres semanas de conflicto que tuvo como epicentro el acampe multisectorial apostado sobre la avenida Uruguay, frente al Comando Radioeléctrico de la Policía de Misiones. Ese día, un grupo de maestros se movilizó hasta las inmediaciones de una Legislatura en plena sesión ordinaria. Las fuerzas de seguridad los esperaban preparadas con escudos, palos y gas pimienta. La gresca, que terminó con varios ventanales rotos, duró pocos minutos. Pero en una de las columnas del Palacio Legislativo una leyenda quedó plasmada en aerosol rojo: “Rovira andate”.
Pese a haber dejado el poder formal hace más de dieciséis años, la presencia de CER en el recinto de la Legislatura no pasa desapercibida para nadie. El dos veces gobernador de Misiones (1999/2007) ocupó de manera ininterrumpida entre 2007 y 2023 la titularidad de ese cuerpo unicameral, que en las últimas dos décadas se convirtió en el corazón del poder político. Sin embargo, el mismo día en que Javier Milei (JM) juraba como presidente, el ingeniero químico de 68 años decidió dar un gesto sorpresivo: dejar el sillón principal de la Cámara para pasar a sentarse en una banca como un diputado raso más.
De la mano del PJ, CER llegó al poder de Misiones en 1999. Pero el costo político de la crisis social que tenía por delante y que estalló en diciembre de 2001 no lo pagó él sino su mentor, el fugaz inquilino de la Casa Rosada Federico Ramón Puerta. Veinte años más tarde, la historia parecía repetirse, aunque con una diferencia sustancial: ahora era sobre su figura que recaían todas las culpas de un conflicto que comenzó como un mero reclamo salarial, pero que puso en jaque una hegemonía tan minuciosamente construida como envidiada por cualquier otro referente provincial de la Argentina.
el mayo misionero
Dieciocho años después de su fallido intento de reforma constitucional, CER volvía a sentir el rigor de una opinión pública nacional para la que nunca dejó de ser del todo un desconocido. Las imágenes caóticas de las afueras de la Legislatura, que incluso se replicaron frente al domicilio particular del gobernador Hugo Passalacqua, fueron transmitidas en vivo en el prime time televisivo. “Misiones en llamas” rezaban los zócalos de los canales de noticias de Buenos Aires que enviaron a sus respectivos corresponsales.
“Que se hagan responsables de la desidia en la que vive el pueblo misionero. Nosotros vamos a aguantar hasta las últimas consecuencias”, llegó a bramar, megáfono en mano, en medio de una ovación, el suboficial mayor retirado Ramón Amarilla, vocero no solo de la policía sino del acampe iniciado el viernes 17. Pero fueron los gremios docentes más combativos, nucleados en el Frente de Trabajadores de la Educación en Lucha, los que, con el correr de las semanas, se consolidaron como la voz cantante de los reclamos, con manifestaciones que se extendieron a cada rincón del territorio misionero. El sábado 25 una de ellas llegó incluso hasta las puertas de la mansión de CER, en el exclusivo barrio El Laurel, a la vera del río Paraná, un hecho que encendió las alarmas en las filas de la Renovación.
A partir de ese momento, la contraofensiva rovirista tuvo un solo objetivo: quebrar la unidad alcanzada en la calle entre maestros y uniformados. El primer paso fue cerrar finalmente un acuerdo salarial con el personal policial y penitenciario en la madrugada del miércoles 29, luego de que Amarilla aceptara una propuesta de aumento de alrededor del 60%.
La siguiente maniobra fue jugar la vieja carta de la criminalización de la protesta. Al otro día de levantadas las carpas policiales llegaron al acampe docente varios oficios judiciales que informaban acerca de una orden de restricción para que los principales referentes gremiales no pudieran acercarse a menos de 200 metros de la Cámara de Representantes. ¿La acusación? Haber sido los instigadores de los incidentes del día 23. Nada era causal: el jueves 30 de mayo, en un intento por recuperar la mística perdida, CER realizó una convocatoria “en defensa de la paz y la libertad” en las puertas de la Legislatura.
Con el lema “#30M por la paz”, intendentes oficialistas (la Renovación gobierna 76 de los 78 municipios de la provincia) dieron la orden de mover el aparato: municipales de distintas localidades fueron trasladados hasta Posadas con la misión de hacer número y, con banderas argentinas y misioneras en sus manos, blindar la sede del Palacio Legislativo y así evitar que las columnas de los docentes en lucha se acercasen al lugar.
Una semana más se extendió el reclamo de la docencia, a pesar de los embates del oficialismo provincial. Recién el viernes 7 de junio firmaron un acuerdo en el que se plasmó que el salario inicial por cargo pasaría de $ 250 mil pesos a $ 450 mil pesos. Sin embargo, más allá del aumento acumulado, que representaba un 47,5% desde que se habían iniciado las protestas, también se aseguraron que las autoridades no avanzarían con sanciones administrativas ni legales contra los docentes. “Un triunfazo”, lo definieron las maestras.
ola libertaria
“Una gran parte de los docentes que ves acá votaron a Milei, esa es una realidad”. En pleno acampe, las palabras de una dirigente gremial de izquierda sonaban casi a un lamento. Es que, si bien la inédita tensión callejera que tuvo en vilo a Misiones no puede comprenderse sin contemplar el cuadro de ajuste generalizado aplicado por La Libertad Avanza (LLA) sobre las provincias, tampoco se puede ignorar que la ola de descontento antipolítico que depositó a JM en la Casa Rosada se gestó sobre todo en los territorios gobernados hace tiempo por los que, en vocabulario libertario, podrían ser calificados como “los mismos de siempre”.
LLA ganó las tres instancias electorales que se disputaron en Misiones sin que su candidato pisara la provincia. En las dos primeras no bajó del 40% de los votos, mientras que en el balotaje alcanzó el 56%. Pero fue el sorpresivo resultado en las PASO el que agitó las aguas de la política misionera y empujó a CER a resetear su estrategia electoral. Poco importó que sus candidatos a legisladores fueran pegados a la boleta de Sergio Massa. A partir de agosto, en la cabeza del “conductor” comenzó a prefigurarse, con cada vez más nitidez, un virtual y extrañísimo escenario de convivencia entre el por entonces gobernador electo Hugo Passalacqua y el economista libertario que odia a la “casta”.
El primer síntoma de ese nuevo clima que comenzaba a respirarse tras la inédita performance libertaria estuvo expresado en un comunicado que llevó la firma del mismísimo líder de la Renovación. En ese texto, tras exhortar a reafirmar “ahora más que nunca” el compromiso de “defender lo nuestro”, CER llamaba a “reforzar la importancia de los representantes propios” debido al “sesgo del candidato elegido en el país, distinto al gobierno y a la principal oposición”.
La seguridad que transmitían sus palabras se asentaba en un dato que tendía a hacer al porvenir electoral un poco menos imprevisible: Misiones fue, junto a Santa Cruz y La Pampa, uno de los tres distritos en los que JM no presentó listas de legisladores nacionales. A partir de esa circunstancia, el magro 23% logrado en las primarias por la boleta de Innovación Federal, nombre de la lista con la que compitió el oficialismo misionero, fue presentado como un éxito por las usinas renovadoras. Era un porcentaje que le bastaba a CER para alcanzar el objetivo que finalmente obtendría: quedarse con el primer lugar en las categorías de diputados y senadores nacionales y renovar así las dos bancas que ponía en juego en la Cámara Alta.
A lo largo de todo el 2023, los rumores acerca de supuestos pactos electorales entre LLA y los caciques locales se esparcieron como el aceite. Lo curioso del caso misionero es que esas versiones hayan sido motorizadas, en gran parte, por el propio oficialismo provincial. Bajo el sugestivo título “Recuerdos del Futuro: a dos años del viaje misterioso y en secreto de JM a Misiones”, una nota del portal oficialista MisionesOnline revelaba, pocos días después de las PASO, una reunión de “varias horas” entre CER y el líder libertario que habría tenido lugar en un “departamento céntrico” de Posadas en agosto de 2021. “Los pocos dirigentes que conocen detalles de aquel encuentro recordaban este fin de semana que Javier Milei quedó ‘sorprendido’ y pidió los números de teléfono para mantener la relación, que sigue hasta hoy”, señalaba sugestivamente el artículo.
“Entiendo que ellos se conocieron en otra reunión”, desliza, en diálogo con crisis, uno de los principales protagonistas de la campaña libertaria de 2023. Sin embargo, pese a echar un manto de dudas sobre la veracidad de la información proveniente de Misiones, sí confirma que existió un cónclave a solas entre CER y JM a comienzos de 2022 por pedido del líder provincial. “Es ahí donde Rovira plantea poner el partido y arrancamos con las negociaciones por el tema de los lugares”, detalló el dirigente al tanto de aquel principio de acuerdo subterráneo, que se tradujo en la inmediata aparición de un local libertario en Posadas y la instalación de un cartel sobre la costanera que solo llevaba la imagen de un león y la leyenda “NEXT”.
Pero ese ida y vuelta más o menos fluido entre la Renovación y LLA no duró demasiado. Menos de un año más tarde, con las encuestas en la mano, CER leyó como una amenaza la posibilidad de que JM contase con candidaturas libertarias propias que pudiesen perjudicar el desempeño de la boleta “misionerista”. Faltando pocos días para el cierre de listas, las exigencias de la Justicia electoral para con el sello del Partido Fe comenzaron a volverse extremadamente puntillosas. “Rovira nos dijo que, si queríamos tener candidatos, ellos nos daban su partido, pero con la condición de que nos armaban todas las listas. Por eso nos negamos y fuimos con boleta corta”, afirmó nuestra fuente.
CER fue el referente provincial que más loas le había cantado a Massa durante la campaña previa a las PASO, hasta el punto de defender su gestión al frente del Ministerio de Economía. Con el correr de los meses, quedaron cada vez más lejos las palabras elogiosas del misionero hacia el tigrense, a quien llegó a definir como “el candidato nacional que mejor conoce la provincia”.
neo política
Con el recorte de casi la totalidad de las transferencias discrecionales, la caída en la coparticipación y la eliminación tanto del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) como de los subsidios al transporte, la situación social y económica de Misiones se agravó. Sin embargo, en la Renovación NEO —el nombre con el que CER rebautizó a su espacio— se dedican a hacer alarde de que la provincia gobernada por Passalacqua es una de las pocas jurisdicciones del país que, con recursos propios, cubren el desfasaje generado por las medidas de ajuste de JM.
Frente ese panorama, sin embargo, la bajada de línea de CER a su tropa fue tan audaz como pragmática: evitar por todos los medios salir a criticar al Gobierno nacional. Una estrategia que no se corrió un ápice ni en los momentos más caldeados del conflicto con los estatales, cuando desde Casa Rosada se desentendían abiertamente del problema. “Ir a la Corte para reclamar por los recortes de la Nación no alcanza, no sirve”, llegó a sostener el “conductor” en un encuentro a puertas cerradas con dirigentes de su espacio, que tuvo lugar a principios de abril en el Multicultural de Posadas. “El Gobierno nacional y todos buscan equilibrio fiscal, pero Misiones lo tiene desde hace veinte años, pagó la deuda heredada y no se endeudó. Hoy luce delante de las otras que están en crisis”, ponderó CER, fiel a su estilo grandilocuente.
Pocos días más tarde, el mandamás desactivaba las críticas al intento libertario de eliminar el Instituto Nacional de la Yerba Mate y anunciaba, a través de su cuenta de X, que Starlink, la empresa de Elon Musk, comenzaba a funcionar en las zonas rurales de la provincia. Un guiño a los jóvenes de su espacio, a quienes calificó como “los nuevos protagonistas de la política”. “Al que no le gusta se quedará en el pasado. La Renovación va a ser cada vez más NEO”, remató.
Cada vez más alejado de la liturgia y los símbolos de la política tradicional, hace tiempo que CER le agregó a su liderazgo posideológico un condimento que lo vuelve particularmente llamativo en el amplio espectro de los caudillos provinciales: el impulso casi religioso de políticas vinculadas a la tecnología y a la denominada “economía del conocimiento”, algo que hoy lo emparentaría con las inquietudes del presidente.
CER ve en el estímulo de esas temáticas una plataforma desde la cual interpelar a la juventud, a la que incentiva a ingresar masivamente a las filas de la Renovación. Sin embargo, puertas adentro, esa injerencia no deja de incomodar a dirigentes históricos que se ven corridos de cualquier mesa en la que se tome alguna decisión de trascendencia. Son los nostálgicos de aquel Frente Renovador de la Concordia originario que contaba con alas bien definidas y permitía una deliberación interna que hoy, a las claras, dejó de existir.
No faltan, en ese sentido, quienes ven en la revuelta policial de mayo una consecuencia de la extrema concentración de poder que ostenta CER, al que notan cada vez más ensimismado en sus temas fetiche. En los últimos años, a costa de despojarse de la vieja guardia, el partido entró en un proceso creciente de despolitización y perdió intermediarios de experiencia, cuadros que le otorgaban un mayor volumen político.
Una escena grafica a la perfección este estado de situación. En marzo del año pasado, en el lanzamiento de las listas para las elecciones provinciales que la Renovación ganó con más del 60%, Rovira sorprendió a sus asesores con una orden: pidió que en la primera fila del acto se sentaran únicamente jóvenes “neo”. “No los conozco, nunca vi sus caras”, alardeó después, al tomar la palabra, a modo de virtud.
teatro de operaciones
A pesar de exponer como nunca antes las fragilidades del edificio construido por CER, las protestas no hicieron retroceder la estrategia de acercamiento a JM. El mandato es mimetizarse lo máximo posible con la ola violeta que acaparó a Misiones el año pasado. Aunque la presión impositiva misionera sea una de las más altas del país, las usinas oficiales subrayan las supuestas coincidencias entre la Renovación y LLA en lo que hace al carácter liberal de las medidas económicas. Algo que va de la mano de otra pirueta: consolidar la creación de una corriente "libertaria" puertas adentro del propio oficialismo provincial.
La visita a Posadas, a mediados de abril, del por entonces ministro del Interior Guillermo Francos fue el gesto que faltaba para terminar de aceitar esa ingeniería. El funcionario nacional se reunió con CER y se llevó el compromiso de que los diputados y senadores que le responden votarían a favor tanto de la Ley Bases como del paquete fiscal. Como contrapartida, el Gobierno nacional desembolsaría los fondos adeudados para reactivar la obra pública suspendida, equivalentes a $ 20 mil millones de pesos.
Pero ese "toma y daca" tradicional habría sido acompañado por un acuerdo de tinte político: no obstruirle a CER la posibilidad de contar con candidaturas libertarias propias en las legislativas de 2025, con la promesa implícita de la Casa Rosada de no disputarle el poder en su territorio. Un dato que alimentó las suspicacias fue la llamativa presencia en Misiones del subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem, mano derecha de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, encargada de llevar adelante el armado nacional.
En los últimos meses, el Jefe comenzó a tejer un plan tan arriesgado como pretencioso, del que Misiones pareciera ser una suerte de globo de ensayo. A diferencia de lo que ocurre en distritos de mayor tamaño, como Córdoba o la provincia de Buenos Aires, donde la intención es consolidar a LLA como partido, la idea en provincias con menor volumen electoral es dejar correr la conformación de distintos sellos más o menos propios e incentivarlos a que confluyan todos en un mismo frente electoral monitoreado desde Balcarce 50.
El mosaico de aspirantes a representantes oficiales de Milei en tierras coloradas es variopinto y, por momentos, confuso. Una es Ninfa Alvarenga, titular de la delegación del PAMI en Misiones, protagonista de una reciente polémica por un audio filtrado en el que se la escucha sugerirle a los empleados a su cargo que “dejen plata” de sus salarios “en el partido”. Ahora cuenta con una causa por “abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público”. Alvarenga es opositora a la Renovación y aduce que es “operada” por ese motivo.
Entre los “libertarios” renovadores, en tanto, sobresale como principal carta de CER otra figura: la abogada Micaela Gacek, actual subsecretaria de Coordinación General de Gabinete del gobernador Hugo Passalacqua, que ya suena como posible candidata a diputada nacional en 2025. Gacek se vio involucrada en un hecho lindante con la censura cuando, en marzo, presentó una denuncia contra un gomero y tiktoker libertario de la localidad de Eldorado. A Ramiro "Quito" Barrionuevo le sustrajeron todos sus aparatos electrónicos y debió pasar un fin de semana tras las rejas luego de que la Justicia lo acusara de incurrir en "intimidación pública y amenazas" por sus publicaciones extremadamente críticas al oficialismo provincial en redes sociales. La noticia logró romper parcialmente el cerco mediático de la provincia y motivó el repudio de la oposición local, principalmente de la UCR.
El de Quito no fue el único caso de hostigamiento a voces críticas que se registró recientemente en Misiones. En 2023, la Justicia ordenó un allanamiento en la vivienda de un periodista posadeño, titular del dominio de internet www.elcriti.com, un sitio en el que se publicaba contenido poco amable con CER, pero sobre todo con su operador todoterreno Raúl Castaño, el zar de los multimedios estatales misioneros. La intimidación surtió efecto: la página fue cerrada luego de que al hijo del responsable le confiscaran sus elementos de trabajo por más de un mes, sin abrirle expediente alguno.
Pero la preocupación de CER no es solo por lo que se diga de él en el mundo virtual. En su cabeza aparece un nombre y apellido que lo obsesiona: Pedro Puerta, el hijo de su expadrino político Ramón Puerta, hoy salpicado por el escándalo que tiene en la mira a su principal socio político Germán Kiczka, el legislador acusado de pertenecer a una red internacional de pedofilia. Empresario yerbatero de 36 años, Puerta es el líder del espacio Activar y busca abrazarse a la suerte de JM para posicionarse como una alternativa a la Renovación con vistas a las elecciones a gobernador de 2027. Para hacerle frente, CER ya tiene un elegido: el actual vicegobernador "neo" Lucas Romero Spinelli, el más joven del país, con 34 años. La trama de la política misionera comienza a adquirir ribetes cada vez más hamletianos.