“Me llevo siete carillas de preocupaciones”, cerró Alberto Fernández mientras repasaba los apuntes que tomó durante la videollamada con 31 intendentes de diferentes provincias de la Argentina en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio. Hubo alcaldes oficialistas pero también opositores. Solo tres mujeres. Durante dos horas, en una reunión intensa y llena de contrastes, el Presidente de la Nación escuchó necesidades, pedidos y propuestas de quienes están en la primera línea de relación estatal con las vecinas y los vecinos. Se llevó reclamos pero también apoyos: “sos el porteño más federal”, lo halagó Walter Vuoto, el intendente camporista de Ushuaia.
En el despacho de Javier Noguera, intendente de Tafí Viejo y presidente de la Federación Argentina de Municipios, había una bandera argentina, otra de Tucumán, y una Whipalha; un televisor, una notebook, cinco botellas de agua, varios funcionarios de su gobierno y el presidente del concejo deliberante, un fotógrafo, un camarógrafo y dos secretarias. “Esta situación fue conmovedora, nos cambió la agenda municipal 100%. No solo estamos ocupados de la pandemia del Covid-19 sino también del dengue con una economía resentida en toda la ciudad”, sintetizó Noguera cuando le tocó hablar, luego de escuchar a 28 colegas.
El encuentro estaba planeado para el sábado a las 11.30 de la mañana pero Alberto Fernández se retrasó dos horas porque recibió un llamado del presidente francés, Emmanuel Macron. La reunión fue organizada por el secretario de Relaciones Políticas y Parlamentarias, Fernándo “el Chino” Navarro.
Cada intendente tuvo dos minutos para exponer sus preocupaciones y, al final, el Presidente respondió los planteos. Cuatro fueron las preocupaciones centrales: la baja en la coparticipación por la caída de la recaudación, la crisis del transporte público, la situación de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y comercios, y el aumento de la asistencia a familias vulnerables. Llamativamente, en ninguna de las exposiciones aparecieron los femicidios y la violencia familiar como una inquietud relevante, a pesar de su evidente crecimiento.
Las autoridades municipales también pidieron la flexibilización de algunas actividades como la pesca, asistencia a clubes, actividades culturales y taxis, y recuperar programas que fueron exitosos como carne y pescados para todos. Usuahia pidió por el sector del turismo del cual dependen un tercio de sus habitantes. General Pico manifestó su preocupación por la movilidad de trabajadores rurales que acuden desde Santa Fe y La Pampa por la cosecha que comenzó hace una semana. Chaco expuso la situación de pobreza estructural y empleos urbanos y suburbanos de mala calidad. En la Argentina federal, cada región tiene problemas similares pero también los hay muy distintos.
infraestructura desigual: la base no está
La intendenta de General Pico, Fernanda Alonso, del Frente de Todos, confirmó que la demanda social es ascendente y “recibimos un 50% menos de coparticipación, además de que la recaudación local también bajó”. En el mismo tono, Inés Brizuela y Dorio, la intendenta radical de Catamarca, reclamó que la “coparticipación solo alcanza para pagar salarios” y que “nuestra recaudación disminuyó un 80% porque no tenemos pago electrónico de los servicios municipales”.
Con ese ejemplo explicitó un problema que golpea a varias provincias: el 30% de los argentinos no tiene acceso a internet y el 40% que lo tiene no sabe cómo usar la red. Además, en el 70% del territorio, donde vive un tercio de los argentinos, no hay internet o el acceso es de mala calidad. El jefe municipal de San Juan, Emiliano Baistrocchi consideró que “esta pandemia ha desnudado algunas faltantes como es la falta de infraestructura en conectividad”.
Casi todos los presentes coincidieron en pedir asistencia financiera directa de Nación a los municipios para responder a la demanda social, para obras de infraestructura y para ayudar a las Pymes de menos de diez trabajadores. En Santa Rosa, por ejemplo, el intendente Luciano Di Napoli contó que enfrenta varias emergencias al mismo tiempo. “Una es la habitacional, tenemos un déficit de 5 mil viviendas”.
El miércoles a la noche, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) nacional lanzó una huelga de 24 horas para los servicios de todas las provincias del país, con excepción de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, por la falta de provisión de elementos de bioseguridad y por deudas salariales. Aunque el paro finalmente se levantó en la mayoría de los distritos, el conflicto continúa latente. “Es un grave problema”, planteó Emiliano Jatón, intendente de Santa Fe.
Por eso, Di Napoli solicitó la ampliación del subsidio nacional del transporte, Pablo Mirollo de La Banda (Santiago del Estero) propuso la baja de contribuciones patronales para el sector y Martín Llaryora, intendente de Córdoba, pidió que se exima del IVA al transporte público. La preocupación es creciente porque arrastra problemas de años que se profundizan ahora, poniendo en evidencia la desigualdad de los subsidios el Área Metropolitana Buenos Aires (Capital Federal y conurbano bonaerense) y las provincias del interior. En Tucumán, por ejemplo, la baja de pasajeros durante el aislamiento social preventivo y obligatorio es del 92%. Según empresarios del sector, los subsidios cubren un 40% de los gastos; el resto depende de la recaudación mensual. Lejos de solucionarse, la crisis seguirá profundizándose en los próximos meses.
test económico y social
“Hay mucha presión de los comerciantes para flexibilizar la actividad”, expuso Juan Manuel Llamosas, intendente Río Cuarto. El intendente radical de Mendoza, Ulpiano Suárez, manifestó su apoyo a la gestión de la pandemia por parte del Presidente, esforzándose por mostrar que la ‘grieta’ no estaba presente en el encuentro. “Necesitamos activar los comercios cuidando a la gente”, planteó Suárez, haciéndose eco del intendente de Río Cuarto. Jorge Yofre, de Formosa, calculó que “un 50% de los comercios están paralizados y en peligro de cierre”.
El jefe municipal de Rafaela, Luis Castellano, contó que la ciudad tiene 595 industrias de las cuales la mitad no está trabajando, casi 900 comercios y unos 2.200 prestadores de servicios que no están teniendo actividad. Propuso una ayuda para empresas de menos de 10 trabajadores a través de los municipios porque “los bancos privados no están pudiendo lograrlo. Son casi 100 mil las pymes que reclamaron auxilio al gobierno nacional para pagar los sueldos mientras los bancos demoran los préstamos a los comerciantes. Allí cruje la economía.
En ciudades como La Banda abrieron una plataforma digital para alojar comercios que funcionen de manera electrónica. Una especie de shopping virtual municipal. Ya se adhirieron 300 comerciantes.
Puerto Madryn es una ciudad turística y pesquera, dos actividades paralizadas por la pandemia de Covid-19. Su intendente, Gustavo Sastre, calculó que aumentaron “5 o 6 veces la asistencia a familias”. En San Luis, el municipio a cargo de Sergio Tamayo implementó un plan de control y asistencia a sectores vulnerables para garantizarles un plato de comida. Betina Romero, jefa comunal de Salta, recordó que la tasa de informalidad laboral alcanza al 50% en su ciudad y en el marco de la emergencia sanitaria, las crisis económicas y sociales se aceleran y cambian de escala.
hablar con el corazón
No hubo cuestionamientos ni contrapuntos en la reunión virtual. Ni siquiera de Guillermo Montenegro, intendente marplatense del Pro, de buena relación con Patricia Bullrich. Pero los intendentes empiezan a sentir la presión del mes de la cuarentena, las defensas comienzan a resquebrajarse, la moral cae porque hay muchos huecos que ya son difíciles de tapar. Y se llevaron más dudas que certezas. Aún así, nadie se atreve a sacar los pies del plato. ¿Quién, con responsabilidad institucional, se anima a pedir que se levante o relaje el aislamiento sabiendo que esa decisión puede tener consecuencias mortales? Brasil está muy cerca.
Alberto uno a uno fue tomando notas. Preguntó cuando tuvo dudas. Agradeció levemente cuando lo halagaron. Finalmente respondió, no dio soluciones, pidió apechugarse. “No tenemos un problema económico. Tenemos una infección que se expande rápidamente”, volvió a repetir la línea de sus discursos públicos. Y reiteró: “yo quiero ser realista: el problema está lejos de ser resuelto”.
El transporte público y el turismo son problemas para los cuales el gobierno nacional no tiene alternativas. Para combatir el Covid-19, es recomendable que la gente no se traslade o que la movilización sea resguardando la distancia social. Pero eso provoca crisis en las empresas de transporte. El presidente fue claro: “no habrá subsidio que alcance. UTA seguirá haciendo paro y nosotros seguiremos subsidiando los sueldos. Pero la verdad es que necesitamos que el transporte público no funcione porque cada colectivo andando genera riesgos”.
Tampoco hubo propuestas para el comercio. El gobierno nacional no tiene como garantizar que la gente haga colas tomando un metro de distancia y que los negocios atiendan de a una persona por vez. Se avanzará en el comercio electrónico pero eso no resuelve el conflicto. La prioridad es cuidar a los trabajadores: “En Francia las empresas no funcionan porque se le murieron los trabajadores, no por la cuarentena”, dijo el mandamás.
120 mil millones destinó la Nación para auxiliar a las provincias. Pero los municipios reclamaron que haya una relación directa entre el Ejecutivo nacional y las intendencias. “Por ahí me vienen a ver diputados que me dicen que los gobernadores son muy federales cuando hablan conmigo y muy centralista cuando vuelven a sus provincias”, contó el Presidente y consiguió la única risa de complicidad del encuentro.
La reunión permitió trazar un panorama de las problemáticas locales, que en muchos casos se repiten y también hay dilemas particulares. Pero sobre todo sirvió para ratificar el ritmo que Alberto Fernández le quiere dar a este crisis. “Vayamos despacio”, reiteró. Algunos sectores se irán flexibilizando. Las actividades rurales, los puertos. Siempre con protocolos y tomando las medidas de cuidado necesarias. “Las pestes traen muertes pero también revelan el alma de cada uno. No bajemos los brazos. No mostremos la miseria de querer sacarnos el problema económico de encima. Gracias a todas y a todos. Los abrazo de corazón”.
