Sus ecopoemas actuales subrayan una instancia dramática: hay que reconceptualizar todo el discurso de los poderes fácticos contemporáneos con el objeto de preservar una naturaleza agredida y en sumo peligro. Autor de tres importantes poemarios en estos últimos años de dictadura terrea en su país natal (Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, 1979; Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui, 1979, y Hojas de Parra, 1985, todos en Ediciones Ganymedes, Santiago, Chile), NP afila su lírica para dar al público de lengua castellana su mensaje de alarma y reflexión sobre las probabilidades de una catástrofe global. El 23 de enero, Poni Micharvegas charlo con él en el Hotel Victoria, frente a la Plaza del Ángel, en Madrid, con motivo de la participación de NP en el ciclo "CHILE VIVE'', que durante un mes reunió a intelectuales y artistas chilenos en esa ciudad, como testimonio de sus actividades creativas y esperanzas, aun bajo las oprobiosas condiciones políticas en que se desenvuelve el país hermano.
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Sí. El tema de los temas de hoy en Chile es la vuelta a la democracia. Ahora uno se pregunta; ¿cómo es que uno quiera volver a una situación en la que ya estuvo y de la que se quería salir? ¿No estaremos en peligro de repetir o de estar en presencia de un disco rayado? Si volvemos a la democracia, los viejos problemas sobreviven, evidentemente. La democracia no es la solución definitiva, la democracia burguesa, la democracia como se ha dado en Chile y en otros países, se entiende... De modo que yo personalmente, que apoyo la vuelta a la democracia, tengo que tratar de autojustificarme. ¿Por qué creo que se impone la vuelta a la democracia? Por una razón muy sencilla: sin ella no se salva nada. Y nuestro deber fundamental en estos momentos es la supervivencia. El planeta se encuentra en pésimas condiciones. Está moribundo. ¿Y quiénes son los asesinos del planeta? El complejo industrial-militar. Entendiendo por ello al capitalismo y al socialismo "real", que en la práctica han resultado, como sistemas, tan depredadores. De modo que nosotros no volvemos a la democracia para reanudar la vieja lucha: el reemplazo del sistema burgués por el sistema proletario. Es que han surgido en los últimos tiempos problemas gravísimos y en los que aspectos de la cuestión social serian sólo eso: aspectos.
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En la dictadura, o sea en una situación de capitalismo virulento, resulta imposible todo intento de comprender el problema y procesarlo. El capitalismo no dispone de herramientas para entender la cuestión. Como tampoco dispone de ellas el socialismo "real", desafortunadamente. Marx entendió, mucho mejor que el liberalismo, el problema económico, el de la explotación del hombre por el hombre. Pero la relación del hombre con la naturaleza no es satisfactoria en el enfoque marxista, según el pensamiento ecologista al que me adscribo. El ecologista, en vez de partir de Marx, prefiere un planteamiento contemporáneo más coherente: el planteamiento de Kropotkin. Pienso en un ecologista norteamericano, por ejemplo: Murray Bookcheen. En, su libro, "Ecología de la libertad", aporta una nueva cosmovisión, una especie de nuevo "Capital". Y todo esto tiene más que ver con el socialismo libertario que con el socialismo autoritario. Estas filosofías sociales decimonónicas tienen sus fallas. En su época significaron valiosos pasos adelante en la historia del hombre y en la caracterización de la lucha de clases. Pero hoy éstos son sólo cuestiones parciales de las estructuras y de las situaciones más graves que operan entre bastidores.
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Pienso, en este momento, en las relaciones jerárquicas generales. El ¡NO! a las relaciones jerárquicas, es una de las primeras intuiciones del ecologismo. ¡NO! a la relación jerárquica de amo a esclavo entre hombre y mujer, Por ejemplo. Como una metáfora de fondo, el trato que da el complejo industrial-militar a la naturaleza no es nada más que otra cara del machismo: la naturaleza, como mujer, y el hombre, comportándose ante ella de una manera autoritaria. Habría entonces que retroceder, habría que buscar entre bastidores y encontrar allí el último núcleo de las dificultades sociales y comunitarias. Y hasta las del hombre con la naturaleza y consigo mismo. En síntesis, estoy pensando en una vuelta a la democracia en Chile, pero con fines planetarios. En otros términos: acción puntual en Chile y en todas partes, pero con la obligación de pensar globalmente.
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Las soluciones para estos dilemas que se barajan de ordinario son convincentes desde un punto de vista tradicional, pero carecen de plausibilidad ecológica. Una de las soluciones propuestas es el enfrentamiento. Pero esto viene a ser sinónimo de colapso ecológico y de holocausto nuclear. ¡NO al enfrentamiento!, para empezar. Eso nos llevaría al Apocalipsis. ¿Habría que renunciar a la acción? ¿Habría que renunciar a la lucha? No. En su libro Psicoanálisis y ecología, Cesarman dice que no hay que extrañarse de lo que ocurre en el planeta. Si fuera lícito extrapolar los principios del psicoanálisis individual a la sociedad, veríamos que la comunidad humana está recibiendo como órdenes profundas de fuertes impulsos tanáticos. No se conoce ningún sistema que sea eterno, que sea inmortal. De modo que éste que llamamos "sociedad humana" está tanexpuesto como cualquier otro al desgaste y a la muerte.
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Repensarlo lodo de nuevo: esa sería la primera obligación. Y en esta responsabilidad de repensar la realidad social desde un punto cero, hay que estar en condiciones de responder a la siguiente pregunta: ¿quién es el culpable del lamentoso estado actual del planeta? Hemos condenado al capitalismo y al socialismo “real” pero estas filosofías fueron de muy buenas intenciones, porque ambas querían construir el Paraíso en la Tierra. ¿No habría una falla anterior? Se me ocurre que sí. En la Reforma estarían dadas las raíces del capitalismo, especialmente en Calvino, con su endiosamiento del trabajo. El trabajo no es otra cosa que acción sobre la naturaleza. Transformación de la naturaleza en artefacto, en chatarra. Y todo esto opuesto al principio de finitud de la naturaleza descubierto por la ciencia contemporánea: la naturaleza no tiene una capacidad infinita de autorregulación.
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Los ecologistas piden una solución lúcida del problema social. No una solución de ojos cerrados. Y no estoy hablando de la ecología académica tradicional inventada por Heckel en el siglo XIX: una ciencia que estudia la relación de una especie con su medio. Ni tampoco refiriéndome a esa doctrina dedicada a salvaguardar, por ejemplo, la vida de las ballenas o de las focas o interesada en plantar arbolitos. Naturalmente que todas estas actividades son bienvenidas. Pero son absolutamente insuficientes. Maquillajes, coartadas, movidas. No son soluciones. Cuando digo ecologismo estoy pensando en las Propuestas de Daimiel, que los ecologistas españoles produjeron en el año 1978. Un movimiento socioeconómico basado en la idea de armonía de la especie con su medio, que lucha por una vida lúdica, creativa, igualitaria, pluralista, libre de explotación y basada en la comunidad y colaboración de las personas. Los auténticos presupuestos de una ecología social, realizada más allá de los términos de una ecología académica y de conservacionismo ambiental.
2 poemas
Rendición de cuentas
- Con que revolucionarios
y no hacen ni dicen nada ah?!
- Es que si decimos algo
fijo que nos meten presos
- Y qué de malo tieneso!
- Nos pueden moler a palos...
- Y eso que tiene de malo!
- Bueno...
x ese camino
se llega a Puchuncaví
- Y...?
- La cosa está mala ahí
- Entonces no se las den
de tigres xque son gatos
- Es que después los milicos
nos hacen pagar el pato
- Basta de permanganato:
para la revolución
ustedes son candidatos
seguros al paredón
Nota del compilador: Puchuncaví es un tristemente célebre campo de concentración.
El obrero textil
Balada inglesa
Cuando era joven
vivía solo
y trabajaba en la industria textil
y mi único error imperdonable
fue cortejar una muchacha rubia
La cortejé en invierno
pero también en verano
y mi único error imperdonable
fue protegerla del neblinoso rocío
Una noche en que estaba profundamente dormido
me despertó su llanto desesperado
Parecía una loca
arrodillada ante el lecho nupcial
Qué hacer para consolarla
qué hacer para arrebatársela al neblinoso rocío
abrazarla y besarla naturalmente
y la estreché en mis brazos como nunca
De nuevo soy soltero
vivo con mi hijo
los 2 trabajamos para la industria textil
y cada vez que lo miro a los ojos
pienso en aquella joven inexplicable
Recuerdo los inviernos
y también los veranos
en que yo la abrazaba y la besaba
para progerla del neblinoso rocío