"¡Con los problemas que hay en el país y ustedes me rompen las pelotas por una cartera! ¡Decile a Lanata que me chupe bien la argolla!”, le grita desde el otro lado de la línea a una periodista del programa. En el aire, sin embargo, la columnista suaviza los insultos de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello (SP), aclarando que está “muy molesta por el comentario”. Hace unos minutos el conductor la había criticado después de haberla visto con una costosa cartera de una marca internacional.
Es el final de una semana de furia, la salida intempestiva del ostracismo, de un encierro monástico, oscurantista, al interior de los muros del Ministerio más grande y ambicioso creado por la primera experiencia gubernamental de extrema derecha en la Argentina. Una megadependencia que reúne a los ex Ministerios de Educación, Cultura, Mujeres, Desarrollo Social, Trabajo, y ese monstruo presupuestario llamado la ANSES.
Cuatro días antes, el 1 de febrero, mientras un puñado de dirigentes sociales se conglomeran en las puertas de sus oficinas para reclamar por la falta de envío de alimentos para los comedores populares que asisten a millones de caídos del sistema, la ministra, de 55 años, periodista y licenciada en Familia, pierde los estribos. La congregación es ínfima, inofensiva, pero ella sale rabiosa a la vereda y ruge: “¿Tiene hambre la gente? Yo voy a atender una por una a la que tiene hambre, no a los referentes. Vengan de a uno que les voy a anotar el DNI, el nombre, de dónde son, y van a recibir ayuda individualmente”.
“Ayer estuvo genial. A mí me hizo acordar a cuando Vidal se bajó de la camioneta por un piquete de los guardavidas en Mar del Plata. [Sandra] salió y dijo: ‘¡Saben qué, vengan de a uno, yo estoy acá!’. Y le salió genial porque no entró nadie. Puso en evidencia una situación que viene denunciando el movimiento libertario sobre que mucha gente es gerenciadora de la pobreza”, afirma un ex alto funcionario del gobierno de Vidal.
Días más tarde, ya a destiempo, las organizaciones sociales movilizan a miles de personas con DNI en mano y arman una prolija fila de más de veinte cuadras para ser recibida por la ministra. Ella los ningunea. Ni siquiera está allí, en su monasterio. Mientras las personas se incineran al sol, se encuentra reunida con las autoridades de ACIERA, una poderosa organización de iglesias evangélicas, firmando un convenio que les permite pasar de 14 a 723 comedores subsidiados por el Ministerio. A su lado se encuentra Pablo de la Torre, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, un médico pediatra ultraconservador, hermano de Joaquín, exintendente de San Miguel, obsesionado, desde su integrista Fundación Concordia, con eliminar la Ley de Aborto Legal.
La operación es farsesca. A la ministra no le interesa reemplazar un sistema de mediación por otro. SP, como el resto de su gobierno, ha desatado una guerra contra el Estado y contra los fragmentos activos de la organización popular.
corazón partido
Se suman a la vida partidaria el mismo año. Es 2021 y se vienen las elecciones legislativas. Si Javier Milei (JM) se propone construir un partido nuevo, que rompa de cuajo con las viejas estructuras de la derecha en la Argentina, ella recibe el llamado de Andrés Passamonti, presidente de la vetusta UCeDé porteña, sumida en una conflictiva disputa interna. Cuando finalmente se reúnen, lo sorprende presentándose como una añeja afiliada ucedeísta de hace más de treinta años. Pero no es una mujer de partido. Jamás participó. Nadie la conoce. Passamonti la convoca simplemente porque la sigue en las redes y se entusiasma con sus posteos con impronta social. “Sandra no había ocupado hasta entonces cargos partidarios y ese perfil social que tiene es el que le quiero dar a la UCeDé, porque la UCeDé tiene un sesgo economicista y yo soy un liberal humanista. Sandra encajaba en ese perfil. Hablé con ella, nos encontramos, vino al partido y le planteé si quería formar parte. Era una cara fresca, una renovación”, rememora.
La fórmula queda integrada con el propio Passamonti como candidato a presidente, Marcela French como vicepresidente primera y SP como vicepresidente segunda. Las elecciones son escandalosas. En medio de acusaciones cruzadas, ni siquiera se vota. El trío, sin embargo, se autoproclama como vencedor y, poco después, la justicia electoral le da la derecha. En febrero de 2022 asumen formalmente.
La línea opositora, liderada por Alejandro Portas Dalmau, apunta contra Horario Rodríguez Larreta (HRL), quien mantiene por entonces una alianza estratégica con Passamonti con el objetivo de detener el avance libertario. En una de las primeras fotos públicas de SP con autoridades de la UCeDé, su presidente escribe: “Desde 2015 venimos diciendo que el lugar del liberalismo es dentro de Juntos por el Cambio (JxC). Quiero darles la bienvenida a todos los que recién se están sumando”.
Ahí radica una curiosidad: SP se suma a la línea oficialista, de relaciones carnales con Larreta, que resiste a que JM utilice el sello partidario en los comicios. Sus opositores, en cambio, caminan las calles de los barrios porteños junto al mediático economista exhibiendo las banderas de la UCeDé y las del naciente Partido Libertario.
Si ya existía, la amistad con JM no incluía hasta ese momento la política. El nacimiento de ese vínculo tan íntimo es un enigma que nadie quiere —o se atreve a—revelar. El entorno de la ministra balbucea que se conocieron en la trastienda de los intrascendentes medios en los que trabajó como productora. Otras versiones, que refuerzan su rol de contención emocional, afirman que la relación se forjó durante las sesiones de reiki que le brindaba ante los problemas crónicos que padece el presidente en su espalda.
La actual superministra se incorpora a dos comisiones de la UCeDé, tradicionalmente destinadas a las mujeres: la comisión de Acción Social y la de Mujeres de la UCeDé por la Libertad. Realizan tareas típicas de caridad y organizan charlas, por ejemplo, en oposición a la reciente aprobación de la Ley de Aborto Legal.
Después de la elección de JM y su ingreso como diputado nacional, ahora sí milita para que el partido se sume a la extrema derecha. “Es con Javier, hay que ir hacia Javier, hay que apoyarlo”, repite en reuniones internas. Pero Passamonti se niega: “En ese momento el partido tenía un compromiso político con JxC. Está claro, igual, que ella no se equivocaba con el lugar en el que tenía que estar la UCeDé”. “Sandra no estaba de acuerdo con que estemos adentro de JxC. A ella nunca le gustó demasiado la conformación de Juntos porque era algo muy heterogéneo políticamente, con el único fin de ponerle límites al kirchnerismo. Para ella la UCeDé tenía más que ver con Milei”, aportan desde el partido.
Su participación llega hasta junio de 2023, cuando pasa a integrar la lista de diputados de La Libertad Avanza y JM anuncia que será su próxima ministra de Capital Humano en caso de ganar los comicios. “Antes de las PASO, me llamó por teléfono y me dijo: ‘Mirá, Andrés, si gana las elecciones Javier, voy a ser su ministra, por lo que no puedo seguir como vicepresidente del partido’. Así que vino y me presentó la renuncia”.
ratones paranoicos
“Vos sos un forro, una mierda, un mentiroso operador, me querés perjudicar”. Quien me insulta del otro lado de la línea es Romina Palermo, jefa de Prensa de SP (ex jefa de Prensa de HRL entre 2015 y 2023). Su furia lenguaraz radica en tres preguntas que le envié por escrito por recomendación suya. La respuesta, que me llegó minutos antes de los agravios, es un extracto literal de dos párrafos copiados (sic) de un perfil oficial (especie de blanqueo biográfico) publicado en La Nación una semana antes de su asunción como ministra. Las preguntas enviadas fueron sobre los empleos principales que había tenido antes del cargo, cómo había conocido a JM y en qué programas y años trabajó como productora.
La otra razón de los insultos fue el fastidio de Fernando Szereszevsky (FS), mano derecha de SP en el Ministerio, al enterarse de que yo estaba recabando datos sobre su trayectoria laboral y porque le manifesté mi malestar por las dificultades para comunicarme con la ministra y su entorno.
FS iba a ser el jefe de Prensa de SP, pero terminó ocupando un puesto realmente jerárquico: titular de la Unidad Gabinete de Asesores. Una especie de jefe de Gabinete. FS es un encantador de serpientes que solía pulular por los medios de comunicación repitiendo viejas anécdotas sobre Charly García y otros músicos (Illya Kuryaki, los Ratones Paranoicos, Juanse) que representaba en su rol de manager.
Su trayectoria laboral, sin embargo, es mucho más sinuosa y oscura. Cuando era un veinteañero ingresó en la radio La Tribu, un emblemático espacio de resistencia comunicacional surgido en el inicio del primer gobierno de Carlos Menem. Se incorporó en un programa a la medianoche. El manager suele decir que formó parte de su fundación y que con el tiempo se transformó en una pieza clave, algo que niegan quienes la crearon: “Este muchacho se jacta de haberla fundado pero obviamente no fue así. Era un movilero, nada relevante. Con el tema de la creación de la radio se construyó una mitología progre. Cualquiera que estuvo en La Tribu por esos años sabe que no es así”.
Hacia finales de los noventa, a través de un enigmático amigo, saltó del otro lado de la trinchera y se convirtió en el jefe de Prensa del todopoderoso Alberto Kohan, secretario general de la presidencia de Menem. Desde entonces pasó a formar parte del grupo íntimo del expresidente riojano, lo que incluyó reiterados viajes en el Tango 01 y un rol fundamental para los varones del gobierno: era el organizador de las fiestas privadas con jóvenes modelos, tal como suele jactarse. Así se conectó con Charly García, cuando Kohan le transmitió el deseo impostergable del Supremo de conocer al prócer del rock.
mercado central
Con el final del gobierno, el actual jefe de asesores de SP se dedicó a la representación de músicos. Recién en 2003 retornó públicamente a las filas menemistas como vocero de campaña del riojano en su fallida apuesta por la reelección. Cinco años más tarde sumó un misterioso ítem en su currículum: gerente del Mercado Central. Llegó allí de la mano de Carlos Martínez, un tripulante de aviones que, según cuenta Diego Schurman en Infobae, fue miembro de cabina del Tango 01 en los noventa y supo estrechar un intenso vínculo con Menem. Así entró en el peronismo y se conectó, años después, con Julio de Vido, quien lo nombró en una compañía estatal aeronaútica fantasma que nunca realizó un solo vuelo durante su permanencia en el cargo.
Pero su verdadero padrino político fue el exgobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien en 2007 lo designó presidente del Mercado Central en representación de la provincia de Buenos Aires. Días más tarde fue ratificado por Guillermo Moreno, secretario de Comercio, como presidente general. Moreno hoy reniega de aquel nombramiento porque lo traicionó. “Este muchacho Martínez estaba también acusado por Clarín pero arregló con los abogados del grupo y a él no lo condenaron. Szeresvesky no sé quién es”.
En 2008, apenas asumido, Martínez nombró como uno de sus gerentes al manager de rock. “Fernando es un amigo de (hace) treinta años, una persona muy capaz e inteligente”, rememora hoy, dejando en claro que se conocieron en los promiscuos círculos menemistas. En medio de la feroz guerra desatada por las patronales del campo, FS llevaba tranquilidad a la población argentina en los medios: “Hasta ahora entraron alrededor de 230 camiones que estaban varados. Hoy el mercado está operando en condiciones casi óptimas y va a estar abierto hasta las 13 horas”.
ponele la firma
El cargo de FS en el Ministerio fue ocupado durante cinco días por Fabián Perechodnik, exsocio de la consultora Poliarquía, exsecretario general de la Provincia de Buenos Aires con Vidal y actual diputado bonaerense y vicepresidente de la Cámara hasta diciembre de 2023. Su relación con la ministra surge a partir de una estrecha amiga en común: Lara Piro, abogada y pareja de Rodolfo Barili, conductor de Telefé Noticias junto a la ultraoficialista Cristina Pérez.
SP convocó a Perechodnik para que sea su jefe de Gabinete. Él aceptó pero salió eyectado a menos de cumplirse una semana. “Articular cinco ministerios en uno es muy complejo. Había que coordinar todo eso y no encontró margen. Un tipo como Fabián tiene treinta y cinco años haciendo política desde la consultora, tuvo un cargo alto con Vidal, es diputado. Ni siquiera estaba el cargo de jefe de Gabinete que le habían ofrecido, está el cargo de jefe de asesores. El espacio libertario tiene una dinámica muy rara con la gente. Los políticos como Fabián están acostumbrados a trabajar con un método, pautas claras, con una forma, con indicaciones concretas, y acá no había nada de eso”, afirma un integrante del Ministerio.
Fue un choque cultural, el desencuentro entre dos personas que se aprecian, pero hablan lenguas opuestas: uno es un profesional que pretendía seguir el ABC de la administración y la ministra es una outsider de todo que no está dispuesta a regirse con las reglas tradicionales —ni siquiera elementales— de la gestión estatal. Es que SP encarna el tipo ideal mileísta, su versión más trash y genuina. Al Estado, desde su perspectiva, no se lo reforma, se lo destruye sin miramientos o se transfieren sus potestades a la esfera del mundo privado.
Sobre la presencia de Perechodnik, un gobernador de una provincia afirma: “Su presencia nos daba una tranquilidad porque es un hombre de la política, era la posibilidad de tener un diálogo sensato”. Un dirigente libertario lo confirma: “El problema es que a Pettovello no le gusta estar rodeada de gente, no le gusta moverse con gente. Ella es la que más funcionarios sacó, es decir, donde hay más sacados y renunciados. Tampoco tiene casi firmas. En el comienzo la única que tenía firma era ella. ¿Vos te imaginás tener una única firma para cinco ministerios y la ANSES? La mina es temperamental en la forma de expresarse, pero se toma las cosas con tranquilidad. Ella está en otro escalón. Los demás ministros la detestan porque no tiene ningún filtro, habla directamente con Javier y con Karina y punto. Cuando le decís que faltan nombramientos, te responde: ‘No me importa, que trabaje la planta permanente’”.
Dentro de ese círculo acotado y paranoico, estaba Marcelo “el Corto” Basilotta, hermano de Hugo Basilotta, dueño de la marca de alfajores Guaymallén. Hombre muy cercano a Gustavo Menéndez, barón histórico de Merlo, recaló en 2013, a raíz de ciertos apremios personales, en el Municipio de General Rodríguez durante la gestión de Juan Pablo Anghileri, del entonces Frente para la Victoria. Allí ocupó el cargo de secretario de Obras Públicas. En 2015, cuando ganó la intendencia Darío Kubar, de JxC, Basilotta fue auxiliado por Menéndez (con quien compartiría negocios inmobiliarios) durante dos años en los que fue secretario de Servicios Urbanos de Merlo. Ya en 2018 manoteó nuevamente la garrocha y volvió a General Rodríguez para reasumir como secretario de Obras Públicas y desplazar a dirigentes cercanos al intendente cambiemita hasta transformarse en su hombre de confianza y jefe de campaña de su fallida apuesta reeleccionaria. En 2019 ganó una banca en la legislatura local y dos años más tarde se convirtió en el presidente del Concejo Deliberante.
En 2023, en un nuevo salto acrobático, se sumó al Ministerio de Capital Humano. En una entrevista en la Radio Municipal 89.5, de General Rodríguez, Basilotta relató: "Con Sandra nos une una amistad de años, nos criamos juntos, prácticamente. Ella es casi de mi familia porque es la sobrina de mi cuñada”.
Sin embargo, a finales de marzo, el Corto, quien había sido designado como Director de la Casa Néstor Kirchner (recientemente renombrada como Casa Patria Libertad), fue eyectado sorpresivamente del Ministerio por su íntima amiga. Desde Capital Humano intentaron bajarle el precio a la “renuncia” pero todo indica que Basilotta se ganó demasiados enemigos internos en poco tiempo.
capital inhumano
Cuando asumió la presidencia Mauricio Macri y comenzó un sistemático ajuste y liberalización general de la economía que devoraba los ingresos en el contexto de una fiesta financiera, se solía afirmar que los barrios populares no explotaban porque existían movimientos sociales con una enorme capacidad de contención social. El Gobierno podaba todo, pero le daba absoluta libertad presupuestaria a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
De hecho, la acumulación originaria de la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP y ahora UTEP) ocurrió en los primeros dos años del macrismo cuando logró que las organizaciones sociales fueran designadas como Entes Ejecutores de los planes sociales; y meses más tarde, luego de multitudinarias movilizaciones y con el apoyo decisivo de la CGT, cuando lograron la aprobación de la Ley de Emergencia Social que creaba un Registro de Trabajadores de la Economía Popular y el Salario Social Complementario, que consistía (Pettovello lo eliminó) en un aporte mensual, calculado como el 50% del Salario Mínimo Vital y Móvil, para los trabajadores populares (informales). El macrismo duplicó la cantidad de SSC en comparación con los planes sociales ejecutados por el kirchnerismo.
En 2019, cuando llega el Frente de Todos, los fundadores de la UTEP fueron directamente nombrados como los principales funcionarios de la Secretaría de Economía Social en el Ministerio de Desarrollo Social. Allí nació el Plan Potenciar Trabajo, que casi se triplicó en relación con lo ejecutado por Cambiemos.
En los grandes centros urbanos, sin embargo, las organizaciones comenzaron a alertar que su capacidad de gestionar y calmar los territorios estaba retrocediendo a paso acelerado a medida que avanzaba la crisis inflacionaria y, sobre todo, por la vertiginosa expansión de mercados ilegales, como las bandas narco, devenidas en centros más atractivos para esos mismos vecinos y jóvenes que antes solían participar de sus propuestas.
Desde entonces circuló otra hipótesis: en el capitalismo financiero y digital, las masas no explotan sino que implosionan. Por eso el avance de la depresión, las enfermedades mentales, el consumo de drogas (legales e ilegales), la violencia intrafamiliar y la disolución de la vida comunitaria. El italiano Franco Berardi afirma que hoy predomina “una epidemia de rabia depresiva”. El fracaso total de la promesa neoliberal y de los gobiernos socialdemócratas reformistas ha provocado que los humillados acumulen un deseo de venganza que la ultraderecha logra encarnar y llevar al acto.
El presidente JM ha logrado una conexión única y sincera con esos humillados y confía plenamente en seguir brindándoles recursos teóricos, lingüísticos y, ahora desde el poder, ataques despiadados contra quienes serían los responsables de sus penurias. De allí el completo desdén que demuestra SP por tejer acuerdos con las organizaciones sociales. Es la contracara exacta de lo realizado por el macrismo en el poder. Si la ex ministra Stanley armó un sólido y eficaz equipo de especialistas en cooperativismo y trabajo comunitario provenientes de ONG, al tiempo que privilegió a las orgas, SP tiene como jefe de asesores a un manager de rock y se respalda en un integrista católico.
Cuando ganó el balotaje, en lo que parecía un déjà vu del recetario macrista, JM declaró que “la única billetera abierta es la de la ministra de Capital Humano”. Por ahora mintió. El Ministerio está completamente paralizado y no se trata solo de impericia. Lo que propone SP es una cruel guerra con fines destructivos contra las instituciones representativas del mundo popular, basada en la creencia de una superioridad moral que garantiza el apoyo de los humillados por el sistema. Se suma su formación en disciplinas de autoayuda y en el ideario emprendedorista, como llave de acceso a las poblaciones marginadas.
Alejandro “Peluca” Gramajo, secretario general de la UTEP, revela su perplejidad: “Con ella nunca tuvimos ningún tipo de comunicación formal, salvo la vez que salió afuera cuando hicimos una actividad en la puerta del Ministerio. Ahí salió a provocarnos. Hemos entregado dos veces pedidos formales. Y después hemos tenido contacto con personas que no están oficialmente designadas, que hablan en nombre del Ministerio, pero algunos de ellos se han corrido. Es decir, tuvimos conversaciones informales y después estas personas se fueron por no estar de acuerdo con las formas y los lineamientos de la ministra”.
Hasta el momento las organizaciones de la economía popular transitan con alarma y estupor (aunque en estas semanas, según informan, escalarían intensamente las medidas de protesta), el ninguneo y los ataques, una de las novedades libertarias después de dos gobiernos consecutivos que los pusieron en el centro para compensar las políticas de ajuste.
La extrema derecha confía en sostener su capacidad de conexión sensible con esa furia depresiva que carcome el tejido social. SP se sabe parte del primer anillo de confianza de un presidente que nunca disimuló que el 10 de diciembre iniciaría una verdadera guerra en la Argentina.