En 1977 ochocientas viviendas de la ciudad de Buenos Aires fueron expropiadas para hacerle lugar a una autopista que uniría los barrios de Saavedra y Pompeya. Algunas casas llegaron a ser demolidas antes de que el proyecto vial se disolviera; otras sobrevivieron y fueron desmanteladas. Los antiguos dueños y nuevos habitantes ocuparon las ruinas y nació un barrio de otro tipo. Con el tiempo la traza de la ex AU3 quedó en el corazón de los terrenos más deseados para la inversión inmobiliaria. En 2009, el Gobierno de la Ciudad comenzó a ejecutar un plan para exiliar a las familias y construir edificios de lujo y, en menor medida, viviendas sociales.