Para empezar esta historia, tenemos que entender que en San Luis si no tenés el apellido Rodríguez Saa (RS) es muy probable que te quedes fuera del juego. Los hermanos conservan el poder desde el retorno de la democracia, hace nada más y nada menos que cuarenta años.
Sin embargo, este domingo 11 de junio el apellido fuerte puntano no formará parte de ninguna boleta y se encuentra amenazado el trono feudal. Un tipo de perfil bajo, sin mucho carisma pero con apoyo popular, se dispone a dar un batacazo. Claudio Poggi (CP), que ya fue gobernador entre 2011 y 2015, es un contador de 59 años que nació en Alcira Gigena, localidad cordobesa cercana a Río Cuarto. Mientras estudiaba Ciencias Económicas conoció a su actual mujer, Sandra Correa, y tuvieron dos hijos. Una vez recibidos en los 80, se fueron a vivir a las tierras puntanas, en donde empezaron su militancia política. Para entonces CP era todavía un pibe y trabajaba en una empresa radicada en el Parque Industrial.
En 1991, casi llegando a los 30 años, empezó su desfile por diferentes cargos en la gestión pública. Su carrera política arranca como representante de San Luis en el Consejo Federal de Inversiones durante el gobierno de Adolfo Rodríguez Saá (ARS). Desde esos inicios estuvo muy ligado a los hermanos. Incluso cuando “El Adolfo” tuvo sus brevísimos siete días como presidente interino, había sumado al cordobés como subsecretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete.
Realmente se paseó por todos lados. Fue ministro de Economía y Producción durante la gestión de Alicia Lemme (2001/2003); entre diciembre del 2003 y junio del 2009 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Nación con licencia para ocupar los cargos de Ministro de Obras Públicas primero y de Turismo después, siempre bajo la sombra de los Rodriguez Saa (RS), a quienes llamaba sus referentes, sus mentores. En 2009 asumió como diputado provincial y en 2010 se tomó una licencia para poder convertirse en Jefe de Gabinete de Ministros de la Provincia.
En ese momento el favoritismo de los RS hacia su pupilo se empezaba a hacer cada vez más evidente. Lo que nunca imaginaron es que estaban inflamando a su más acérrimo adversario. El 16 de junio de 2011 renunció a su banca de diputado para dedicarse de lleno a una nueva aventura política que cambiaría el escenario conocido hasta entonces en la provincia. Fue una revolución: era la primera vez que el apellido todopoderoso no aparecía en una lista compitiendo por el ejecutivo provincial. Para esas elecciones, CP todavía era solo conocido como el delfín de la familia. Siempre hablaba bien de ellos públicamente y con una sonrisa aseguraba sentirse muy identificado con el modelo político oficialista, incluso calificándolos como “sus maestros”, lo que le valió la crítica de “títere del poder”.
Las elecciones primarias a gobernador tuvieron lugar el 14 de agosto de 2011 y la fórmula de la Alianza Compromiso Federal, integrada por CP junto a Jorge Raúl Díaz, resultó ganadora con casi el 57% de los votos. Le siguieron las fórmulas del Frente para la Victoria (Alfonso Vergés-Diego Saber) y la del Frente Unidos por San Luis (José Riccardo-Facundo Endeiza).
perrito malvado
Su gestión (2011/2015) estuvo orientada en promover la industria local y el turismo, así como también la inversión en infraestructura y servicios públicos. Pero su enfoque económico le valió duras críticas por su pasión por la deforestación con el fin de aumentar los ingresos provinciales, sin importar si provocaban inundaciones y el agua se llevaba puesta a los puntanos. Gargantas cercanas a los hermanos empezaron a acusarlo de tener debilidad política: “Solo lo movían los intereses del poder”. Le endilgaban que le encantaba “prometer y re-prometer inversiones en obras públicas que después demoraba años en concretar, como la obra de gas natural en el barrio San Agustín de Villa de Merlo. Obra que prometió concretar no una sino dos veces”.
Bajo el lema “San Luis, Mi Provincia en Bicicleta” entregó miles de bicicletas a los jóvenes que, por primera vez, eran total y completamente producidas en la provincia a través de la fábrica de cuadros AVH. También implementó una gran cantidad de políticas orientadas al desarrollo económico y social. Fue reconocido por su política de inclusión social y su compromiso con la educación. Durante su gestión, se implementaron programas destinados a mejorar la calidad educativa, como la entrega de netbooks a estudiantes y la construcción de nuevas escuelas.
Pero la distribución de recursos y oportunidades no fue equitativa y las desigualdades en San Luis persistieron, sobre todo en las postergadas zonas rurales. Muchos sostienen en off que la obsesión por su imagen política afectó su capacidad para abordar problemas estructurales. En ese momento creó la Agencia de Noticias San Luis para contar con un medio de comunicación propio que compitiera con el dueño de la verdad en San Luis: El Diario de la República. La iniciativa generó ruido en una opinión pública que lo entendía como una estrategia para enfrentarse con los RS. El tipo que había sido su pichón comenzó, de a poco, a reforzar su propia imagen pública, de manera independiente, para dejar atrás su pasado de perrito faldero.
Cuando asumió la gobernación en 2011, la mitad de los funcionarios y ministros respondían a los RS. Un año y medio más tarde, comenzó a pedirle sistemáticamente la renuncia a su Gabinete con la excusa de que había cosas que revisar en la gestión. Así, con paciencia, fue construyendo su fuerza propia.
ARS y CP tenían modos de gestión y construcción política similares. Se los asociaba por su cercanía con la gente. CP visitó ciudades y pueblos, y en cada uno hacía su característica recorrida por los barrios. Los planes de vivienda social para sectores vulnerables todavía sigue inscripto en el imaginario social. Para la gente el mentor y su pupilo eran lo mismo. Incluso enfrentaron el mismo estilo de críticas por su forma personalista de gobernar y por la excesiva concentración de poder. CP era conocido por tomar decisiones unilaterales y tener muy poca tolerancia hacia los desacuerdos internos.
Pero una visita estelar en 2012 empezaría a cambiar el panorama político local. La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desembarcaba en San Luis. Su presencia no modificó el ferviente anti kirchnerismo de CP, pero tampoco lo inhibió de rosquear con los altos mandos de la Nación y establecer un diálogo institucional. Lo relevante es que, desde los inicios del kirchnerismo en 2003, los hermanos RS se habían negado a mantener contacto con miembros del Ejecutivo Nacional. El famoso lema “San Luis, otro país” es un atributo identitario inseparable de la política puntana. CP sabía bien que esa lejanía había tenido consecuencias materiales: no se habían construido casi viviendas con financiamiento federal. Cuando el Fondo Nacional de la Vivienda aprobó la construcción de viviendas se produjo un quiebre. La situación era extraña: el gobernador capitalizaba políticas nacionales pero mantenía su impronta opositora contra la presidenta.
Al terminar el mandato en 2015, su imagen positiva superaba el 80%. Semejante popularidad tomó por sorpresa a los RS. Entre los puntanos se descontaba que la reelección estaba servida en bandeja. Esto no pasó desapercibido por quienes se suponía que iban a ser sus ventrílocuos. El Adolfo le bajó el pulgar e impuso a su hermano Alberto. No podían dejar que su figura siguiera creciendo. CP dejó atrás el sueño de la reelección y sin oponer resistencia aceptó la orden de su mentor y anunció públicamente que se bajaba de la candidatura para quedar a disposición de los hermanos.
Finalmente se presentó como candidato a diputado nacional por la lista oficialista. El Alberto se impuso en las elecciones y él fue electo por Compromiso Federal, el nombre que adoptaba en ese entonces el justicialismo sanluiseño.
Acá, exactamente acá, fue cuando empezó a desmadrarse la interna oficialista. Fue el punto de inflexión. A poco tiempo de haber asumido, ARS comenzó una campaña mediática durísima contra de su antecesor y a CP comenzaron a lloverle las denuncias. Sectores cercanos a los RS vociferaban por todos los medios locales que CP era un “soberbio que había tenido suerte de ser bien recibido por ellos”. Los RS lo denunciaron penalmente por el elevado déficit fiscal que había dejado, cosa que CP siempre negó, y por usar escribanos truchos. Hasta su ex ministro de Educación, Marcelo Sosa, se sumó a la rosca interna. Lo acusó públicamente de haber tenido una pésima gestión. “Se vulneraron las banderas del peronismo, la independencia económica y por ende la soberanía política porque parece que pretendían que tuviéramos que pedir auxilio financiero al Gobierno Nacional”, acusaba Sosa después de años de elogiar a CP en todas sus redes sociales.
Pero el verdadero origen del ataque estaba en los votos: CP había obtenido 150 mil en la categoría diputado, es decir, 20 mil más que el mismísimo gobernador. Una verdadera afrenta.
Después de reiteradas críticas, exposiciones públicas y denuncias, CP empezó a acusar a quienes lo habían acogido en su nicho medieval. Alberto y Adolfo se quedaron atónitos. Surgía una verosimil posibilidad de concretar un frente opositor capaz de amalgamar a una gran cantidad de fuerzas políticas. Su más cercano amigo, el Adolfo, lo denunció públicamente como un traidor, a la vez que le exigió que devolviera su banca de diputado nacional. El niño pródigo resistió a capa y espada, incluso con una carta pública, y creó su propio partido: Avanzar San Luis.
caza de brujas
No es fácil amenazar los legados monárquicos, mucho menos si no los pulverizás políticamente a tiempo. Cuando ARS asumió el poder en 2015 y CP su banca en la Cámara de Diputados, se expandió la cacería de brujas: ARS empezó a exigirles la renuncia a todos aquellos que habían trabajado en el gobierno de su antecesor. Un vuelto por lo que había hecho el propio CP durante su mandato.
Se echaron a la calle a periodistas, se censuraron productoras y de a poco, como quien no quiere la cosa, fueron reapareciendo los adeptos en el poder. Frente a esta persecución mediática, CP denunció públicamente que lo querían proscribir y que se estaba utilizando todo el poder del Estado para difamarlo: “Desde que asumió Rodríguez Saá como gobernador el pasado 10 de diciembre, utilizó todo el Poder del Estado para difamar, para injuriar, para perseguir a todos los que pensamos diferentes. Por indicación de él, se iniciaron denuncias judiciales infundadas en mi contra y en contra de mis excolaboradores y está presionando para dilatar la aprobación judicial del nuevo partido político Avanzar. Claramente los Rodríguez Saá quieren impedir que participemos en las próximas elecciones”.
En 2016, CP llegó a tomar una licencia por un mes en la Cámara de Diputados para defenderse de las denuncias judiciales antepuestas por supuestas irregularidades en la adjudicación de viviendas en las localidades de Justo Daract y La Toma durante su período como gobernador.
Los gobiernos de los hermanos tienen un largo y crudo historial en el control de las líneas editoriales. No es ni siquiera imaginable un medio que pueda sostenerse en el tiempo si no está amparado por la pauta oficial. El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) hizo pública “su preocupación por el continuo debilitamiento de la libertad de expresión en San Luis, condición que afecta al funcionamiento del periodismo en esa provincia”.
No es una cuestión menor que justamente el actual asesor comunicacional de CP -Diego Masci- haya sido foco de ataques por parte del oficialismo puntano. Masci es el titular del portal Zbol, un medio periodístico nacido como una herramienta política opositora al gobierno de los RS. En 2018 fue denunciado por la ex ministra de Educación de la Provincia, Natalia Spinuzza, partidaria de ARS, por publicar en su portal un video casero, filmado por ella misma en su luna de miel, afirmando en cámara que se encontraba bajo los efectos de la marihuana y el alcohol. Las imágenes habían sido difundidas por la ministra a través de grupos de Whatsapp y se viralizaron rápidamente.
La causa fue llevada a juicio y como pena se le adjudicó a Masci una multa de 90 mil pesos por el delito de “violación de la intimidad por la publicación indebida de una comunicación electrónica”. Sin embargo, cuando el caso llegó a la Corte Suprema, el máximo tribunal dejó sin efecto la condena, apuntó contra la libertad de expresión y exigió un nuevo fallo.
CP publicó un descargo en redes sociales festejando la decisión de la Corte y criticando a la justicia provincial por inconstitucional y por reproducir el miedo social que profesaban los RS.
puentes amarillos
CP no se quedó quieto frente a los ataques. Apenas asumió Mauricio Macri (MM) en 2015, hizo públicas sus felicitaciones, justo cuando ARS se mostraba cada vez más cercano del kirchnerismo. Un año antes, CP había criticado al líder del PRO en su única visita a San Luis por solo querer una foto para hacer política. Pero ahora las congratulaciones eran leídas como un respaldo al PRO. Dicho y hecho, en una movida por crear su propio perfil, empezaba a codearse con radicales y macristas en una provincia en donde el PRO y la Coalición Cívica eran totalmente marginales. Tanto que Macri lo convocó a formar parte de su gabinete inicial, pero el flamante diputado rechazó la propuesta.
Los medios nacionales no paraban de hablar de este nuevo acercamiento de CP al bloque del PRO en la Cámara de Diputados. Su misma gente aseguraba que el bloque de “Avanzar” estaría más identificado con el PRO. Hasta que fue oficial: nacía el bloque Cambiemos en San Luis. Encolumnado en las filas amarillas fue elegido en 2017 como Senador Nacional y el presidente lo felicitó en sus redes sociales. De pollera en pollera, ahora CP se convertía en un adulador de MM por sus políticas y su federalismo fiscal.
En 2018, cuando el macrismo impulsó el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, CP votó en contra. Lo mismo hizo en 2019. Se paseaba públicamente declarando que se oponía totalmente al aborto seguro, legal y gratuito. Fiel defensor de las dos vidas, aseguraba que su postura coincidía con lo que MM creía y defendía. CP llegó a sostener en entrevistas públicas y en la propia votación en el senado que existía el aborto clandestino pero que así como corría riesgo la vida de la mujer, moría en simultáneo un niño. Hasta llegó a lanzar en 2018 un proyecto de ley llamado “Adopción del niño por nacer”, que obligaba a las mujeres a que tuvieran niños en contra de su voluntad para que después fueran adoptados por terceros.
Desde entonces CP se fue mostrando cada vez más cercano al bloque de poder macrista. Su odio contra ARS creció desmedidamente y hasta el día de hoy vive bajo el amparo de Juntos por el Cambio. En febrero de 2023 recibió en San Luis a su referente actual al interior de la coalición: Horacio Rodríguez Larreta. Recorrieron localidades de la mano y CP se encargó de oficializar que se trataba de su candidato a presidente. “El clásico traidor”, volvieron a tildarlo los seguidores de los RS. Él, lejos de amilanarse, aseguró que admiraba e iba a copiar la gestión del alcalde porteño.
fuego hermano
Este año ARS está imposibilitado para pelear por la reelección. Sin ánimos de perder ni un centavo de poder, decidió jugar a fondo y eliminó las PASO y, en enero pasado, firmó el decreto 52 que reinstaura la “Ley de Lemas”. Esta Ley había sido utilizada en 1986 por única vez en la provincia. Las reacciones adversas no demoraron en llegar. Fundamentalmente por parte de CP, el principal opositor, que calificó esta sanción como un retroceso institucional y aseguró que el ciclo de los RS estaba llegando a su fin.
La maniobra política se complementó con el armado de listas por parte del actual gobernador. La 801 lleva el lema Unión por San Luis y cuenta con 150 sublemas y más de 3.500 candidatos. Las fórmulas para la gobernación del oficialismo están integradas por Jorge “Gato” Fernández y María Eugenia Catalfamo (PJ Lista Celeste Unidad), Marcelo Amitrano y Carina Chirino (PJ Lista Azul y Blanca), Diego González y Miguel “Rody” Flores (Modelo Productivo), y por Mariela Cross y Claudio Silves (Movimiento Evita).
La lista 802 corresponde a “Cambia San Luis” (cuenta con 39 sublemas en total) y propone dos binomios: CP y Ricardo Endeiza por la lista Avanzar y Eduardo Mones Ruiz y Marcelo Rodas por Encuentro Multisectorial.
Pero la bomba política llegó de la mano de “el Adolfo”, quien en el contexto de una batalla fraticida contra su hermano, desistió de su postulación para respaldar a CP, su histórico pupilo pero reciente enemigo. El sello “Todos Unidos” se integró a Cambia San Luis junto a la UCR, el PRO y Avanzar.
La izquierda corre de atrás con dos pequeñas candidaturas. El FIT, con la Lista 803, por primera vez competirá con candidatos propios en la provincia. Al frente de la lista se encuentra la docente rural Johana Gómez y el empleado judicial Carlos Montiveros. En la interna se enfretan con una fórmula propia del MAS.
Jorge Omar Fernández, conocido como el “Gato” Fernández, se posiciona como el contrincante más fuerte en una elección esencial para San Luis. El Gato tiene la bendición de “el Alberto”. Es un abogado que ha ocupado diversos cargos: desde concejal de la ciudad de Tilisarao en 1985, pasando por la intendencia de esa localidad en múltiples ocasiones (1999/2006; 2015/2021), hasta su arribo en 2021, de la mano de ARS, como miembro del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
El año pasado, respaldado por el oficialismo, el Gato renunció a su cargo en el STJ y se lanzó como candidato a gobernador. A pesar de mostrarse cercano a Alberto, tenía una relación muchísimo más estrecha con Adolfo. Pero ganarse el respeto del gobernador le costó muy caro y fue calificado por su amigo cercano como traidor y se distanció de él y de su propio hermano cuando se supo que sería el candidato del oficialismo.
Ricardo Endeiza es quien acompaña a CP. Abogado, de 52 años y ex fiscal de Estado de San Luis, se presenta como una figura política renombrada. Nacido en la ciudad de San Luis, lleva consigo el legado de su abuelo, Víctor Waldino Endeiza, quien fuera gobernador constitucional (1952/1955). Desde muy chico se involucró en política, siempre afín al peronismo. Desde el ámbito judicial de San Luis, fue uno de los artífices del primer fallo en contra del controvertido corralito del gobierno de la Alianza y tuvo un papel fundamental en la obtención de la personería del partido político “Avanzar”. Su oposición al oficialismo de ARS es histórica y rabiosa. La comedia se cuenta sola: Endeiza es primo segundo de los hermanos RS. Abanderado como opositor familiar, ha antepuesto un sinfín de medidas cautelares que evitaron la utilización de fondos públicos con fines electorales por parte del gobierno, el goce al derecho de la libertad de expresión e intervino en el 2017 en la causa por la que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó al Superior Tribunal de San Luis permitir la participación de los opositores de los RS.
Los puntanos este domingo se enfrentarán a una decisión crucial. Sin la presencia de ARS, se abre la posibilidad de elegir la continuidad de un gobierno mayormente desacreditado o abrir las puertas de un cambio que reinstale en el sillón principal al cordobés que ya tuvo su paso por la gobernación. San Luis ha cultivado a lo largo del tiempo un profundo sentido de pertenencia e identidad y una gran autonomía frente al resto del país. No es cosa nueva que históricamente se rechace la figura del “extranjero”. La intención de CP de volver a la gobernación representa un desafío para esta tradición ya sin la tutela de los RS.
El peronismo ha sido siempre una tradición política arraigada en la provincia puntana. Pero la existencia de un 45% de la población sumida en la pobreza y un 5,3% en la indigencia, ubicando a San Luis como la cuarta provincia más pobre del país en la actualidad, puede repercutir en el oficialismo y darle una segunda oportunidad a CP pintado ahora de amarillo.